
Hoy, al recibir el quinto año de la revolución somos más fuertes que nunca y nuestra voluntad es cada vez más fuerte. Hemos luchado y hemos triunfado. No con tamos más que con nosotros mismos y lo hacemos con voluntad, fuerza y potencia para la realización de objetivos proclamados por la revolución por cuyo triunfo lucharon ya nuestros padres y se sacrificaron nuestro hijos. Luchamos y sentimos que triunfaremos, siempre para consolidar nuestros principios de dignidad de libertad y de grandeza, a fin de establecer un Estado independiente, de una independencia verdadera, tanto política como económica.